En él se argumenta que el alfa se está reduciendo, y esta es una buena noticia para los inversores.
Que el alfa es la parte de la rentabilidad de una cartera que no puede explicarse por la exposición a factores de riesgo (betas). Con la aparición de nuevas betas, la parte no explicada (alfa) se reduce. Esto es, alfa se reclasifica como beta.
- El alfa no debe considerarse como el rendimiento de la gestión activa, sino como una fuente de rentabilidad que no está asociada a ningún factor de riesgo.
- A medida que se descubren nuevos factores de riesgo, el alfa explica una parte menor de la rentabilidad de la cartera.
- La reclasificación de una parte de alfa a beta es una evolución continua que forma parte de la historia de la inversión.
Copio aquí parte de la traducción del artículo (hay algún texto más en el blog, donde además añado algún comentario más.
Antes de la aparición de los índices bursátiles ponderados, hace ya más de medio siglo, todo inversor que recurriera a un gestor para construir una cartera de acciones tenía que atribuir los resultados a la habilidad del gestor. Todos los rendimientos de la cartera por encima del tipo sin riesgo se consideraban alfa.
Con el tiempo, se hizo evidente que el éxito o el fracaso de estas carteras estaba ligado al rendimiento general del mercado de valores. Hubo ciclos de auge en los que la mayoría de las carteras obtuvieron buenos resultados, y ciclos de crisis en los que la mayoría de las carteras obtuvieron malos resultados. De esta manera, con índices bursátiles ponderados por capitalización, como el S&P 500, los inversores tuvieron una mejor manera de explicar los rendimientos de sus gestores. Ahora podían atribuir una buena parte del rendimiento de la cartera a la beta del mercado. Tras considerar el impacto de la beta, la parte de los rendimientos atribuida a la alfa se redujo significativamente.
No obstante, algunos gestores activos siguieron batiendo la rentabilidad del mercado, generando alfa. En algún momento, sin embargo, los inversores se dieron cuenta de que muchos gestores estaban haciendo cosas similares para batir al mercado. Por ejemplo, algunos gestores sobreponderaban los valores de menor capitalización, mientras que otros sobreponderaban valores que cotizaban con una baja relación precio/beneficios o precio/valor contable. Ambos grupos tendieron a superar a los índices bursátiles generales a lo largo del tiempo.
El modelo de tres factores de Eugene Fama y Kenneth French impulsó una mayor aceptación de las carteras basadas en el tamaño y el valor. La aparición de índices de pequeña y gran capitalización, y de índices de valor (value) y crecimiento (growth) codificó estas ideas en betas que los inversores podían utilizar para comprender los rendimientos de las carteras. Para los gestores que habían batido a un índice de referencia amplio del mercado de renta variable simplemente manteniendo una cartera de valores de pequeña capitalización o de valor, esta nueva ecuación convirtió lo que había sido un alfa en una beta (aunque no todos se percataran de ello inmediatamente). Si los inversores podían invertir en el índice "Russell 2000 Value" a bajo coste, los gestores ya no podían justificar las elevadas comisiones de las carteras que batían al mercado simplemente por comprar acciones pequeñas y baratas.
Más recientemente, los inversores han diversificado sus carteras en una gama de activos más amplia que la tradicional de los mercados desarrollados. Muchas de estas nuevas inversiones (materias primas, bienes inmuebles, renta variable, y deuda de mercados emergentes) caen en la categoría de "otras betas de mercado", o inversiones cuyos rendimientos pueden explicarse por la exposición a factores de riesgo menos tradicionales. Al igual que las betas tradicionales, suelen estar asociadas a una exposición a largo plazo a uno o varios mercados. Esta historia demuestra que, a medida que evoluciona la teoría financiera, lo que antes parecía un alfa no correlacionada y un tanto misteriosa tiende a convertirse en la rentabilidad asociada a la exposición a un factor de riesgo relativamente comprensible. Hoy en día, las betas de los Fondos Alternativos son simplemente el último paso de esta historia.
Editado 8/feb/2023:
Diría que esta es la enésima justificación de las clases de activos. Lo razonable es comprar el mercado para recibir su beta. Y si alguien desea una expectativa algo mayor de rentabilidad, comprar alguna otra clase de activo (otra beta) que se proporcione encapsulada en un fondo de inversión indexado a bajo precio. Pero eso no es alfa, es solo la recompensa esperada por haber tomado un riesgo mayor.