Este comentario del usuario Willyfog me ha devuelto un pensamiento recurrente que tengo. ¿Es ético invertir en mercados emergentes? y ¿Se resentiría mucho la rentabilidad de nuestra cartera obviándolos?
A mi por cuestiones éticas (Políticas, de DDHH, medioambientales, etc.) no me hacen ninguna gracia países como China, Rusia, Sudáfrica o Brasil. No sólo es un tema de ética, también hay que tener en cuenta que los mercados de dichos países no son tan seguros para los inversores como los de los países desarrollados, hay una mayor intervención del gobierno, las empresas son más ilíquidas y operar es más caro, de ahí que la comisión sea un poco mayor, del 0,45% en Amundi y 0,40% Vanguard si no me equivoco. Otro argumento que se usa para obviar los emergentes es que invirtiendo en el MSCI World o Small-Cap ya llevas empresas con exposición a emergentes. ¿Acaso no beben Coca-Cola en todo el mundo?¿Acaso Telefónica, Santander o BBVA no tienen presencia en América Latina?
En el otro lado, tenemos a una serie de países con una cantidad de población bestial, más joven, una clase media en alza y con muchas ganas de trabajar y salir adelante, y son muchos los que señalan que vale la pena llevar emergentes en cartera. Además, como nos recuerda Bernstein, uno invierte cuando compra acciones en una IPO porque es cuando las empresas obtienen recursos. Si nosotros compramos y vendemos acciones de empresas chinas, por ejemplo, el gobierno chino no se beneficia en nada, ni siquiera la propia empresa.
Personalmente preferiría no llevar empresas emergentes pero temo estar incurriendo en un coste de oportunidad demasiado elevado.