Rebalanceo

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Una vez creada la cartera con los porcentajes deseados, con el paso del tiempo estos porcentajes se irán poco a poco descuadrando, pues cada activo tendrá un comportamiento distinto. Este descuadre puede provocar que nuestra cartera no se ajuste al perfil de riesgo elegido, sobre todo cuando varían los porcentajes de renta fija y renta variable. Por ello, habrá que rebalancear la cartera para ajustarnos a los porcentajes deseados con el objetivo de mantener el perfil de riesgo de la cartera.

Si la renta variable de la cartera está elegida según la capitalización de los índices, los fondos de renta variable siempre estarán balanceados entre sí. Esto se debe a que el rendimiento de los fondos es proporcional a las variaciones en la capitalización de los índices que siguen. Es decir, si un fondo ha crecido un 10% será porque la capitalización del índice que sigue también habrá crecido un 10% (aproximadamente, pues hay que tener en cuenta los gastos del fondo y las pequeñas imprecisiones que tiene el fondo a la hora de seguir el índice). Por lo tanto, la mayoría de los rebalanceos se realizarán entre la renta fija y la renta variable.

Existen varios tipos de rebalanceo:

Mediante aportaciones periódicas. El dinero aportado irá a los fondos que estén más rezagados respecto a su porcentaje objetivo. De esta forma, la cartera se irá rebalanceando con cada aportación. Si bien en este método evitamos hacer traspasos entre los fondos, también presenta otras limitaciones:

  • No se pueden programar las aportaciones, pues no siempre son a los mismos fondos. Por lo tanto, habrá que estar pendientes en cada aportación.
  • Si las aportaciones periódicas son pequeñas respecto al tamaño de la cartera, apenas conseguirán cambiar los porcentajes.
  • Si los porcentajes de los fondos cambian drásticamente en muy poco tiempo (una fuerte caída de la renta variable, por ejemplo), el dinero de las aportaciones seguramente no sea suficiente para rebalancear la cartera.

Mediante retiradas periódicas. De forma similar, si se está en fase de retirar el dinero de la inversión, este se retirará de los fondos que estén por encima del porcentaje deseado. Este método presenta las mismas ventajas e inconvenientes que el anterior.

Por calendario. Se ajustan los porcentajes cada cierto tiempo (una vez al año, por ejemplo). Algunos inversores optan por elegir la fecha de su cumpleaños, para así acordarse de cuándo rebalancear. Ese día, realizan un traspaso de los fondos que estén por encima del porcentaje deseado hacia los que estén por debajo. Lo bueno de este método es que permite al inversor programar las aportaciones periódicas y solo realizar un rebalanceo al año. Lo malo es que durante ese año los porcentajes han podido llegar a cambiar bastante.

Por bandas. En este método se revisa de forma periódica si los fondos están más o menos cerca del porcentaje elegido. Solo cuando no lo está, se realiza entonces un rebalanceo. Este método obliga a estar pendiente de la cartera cada poco tiempo, si bien la mayoría de las veces no habrá que rebalancear. Una de las reglas más utilizadas es la conocida como 5/25:

  • Los activos con un peso mayor del 20% de la cartera son rebalanceados cuando se alejan más de un 5% de su porcentaje deseado. Por ejemplo, un activo con un porcentaje del 30% habrá que rebalancearlo cuando esté fuera de la banda entre 25% y 35%.
  • Por otro lado, los activos con un peso menor del 20% son rebalanceados cuando se alejan más de un cuarto de su valor deseado. Por ejemplo, un activo con un porcentaje del 10% habrá que rebalancearlo cuando esté fuera de la banda entre 7,5% y 12,5% (un cuarto de 10 es 2,5).

Combinación de varias opciones. Se pueden combinar varias de los métodos listados arriba. Por ejemplo, se pueden utilizar las aportaciones mensuales para aportar dinero a los fondos más rezagados. Si, a pesar de eso, algún fondo sigue fuera de las bandas fijadas, entonces hacer traspasos entre los fondos.

Es importante rebalancear la cartera para que esta se ajuste al perfil de riesgo deseado. El método a utilizar para no ser tan importante, pues algunos estudios concluyen que la rentabilidad de la cartera será muy similar independientemente del tipo y frecuencia de rebalanceo. Por lo tanto, se recomienda utilizar el método que le resulte más simple y útil a cada inversor.

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